El Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR)2, centro de investigación financiado por el programa Fondap de Conicyt, realizó un proceso de reflexión sobre la situación del país en el contexto de excepción constitucional de la última semana. A continuación, compartimos las principales conclusiones de ese debate.
Desde su creación en 2012, el (CR)2 ha realizado investigación disciplinaria e interdisciplinaria, con una sustancial contribución a las políticas públicas. Para ello, hemos establecido alianzas con organismos estatales y la sociedad civil. Como centro dedicado a la investigación en clima y resiliencia, estamos muy sensibilizados con la necesidad de una transformación del modo de vida actual, reflejado en las altas tasas de urbanización, demografía y consumo, entre otros, que redundan en problemas de contaminación, escasez de agua, pérdidas materiales y humanas.
Los efectos del cambio climático se exacerban en países como el nuestro, altamente vulnerables en atención a nuestras características geográficas, y nivel de desarrollo y desigualdad, afectando en mayor medida a las comunidades más frágiles y pobres: indígenas, mujeres, niños y ancianos. A su vez, el conflicto constituye un elemento que profundiza nuestra vulnerabilidad frente a los impactos del cambio climático.
El estallido social de la última semana nos hace una advertencia sobre el nivel real de conflictividad existente en nuestro país, hasta ahora considerado sólo de manera puntual en zonas indígenas, establecimientos educacionales emblemáticos, zonas de sacrificio, entre otros. Tal situación ha dejado en evidencia las limitaciones del Estado para dar respuesta a las demandas sociales insatisfechas durante décadas.
En ese sentido reafirmamos nuestro compromiso de poner a disposición del país el conocimiento científico proveniente de las diversas disciplinas y sensibilidades nacionales y regionales, que contribuya a avanzar en una sociedad más justa, equitativa, y diversa, que proporcione las condiciones necesarias para construir una sociedad resiliente. Esto requerirá un compromiso mutuo, real y concreto, de parte de los tomadores de decisión en miras a considerar a la ciencia y la evidencia científica disponible en la formulación de las políticas públicas.
A su vez, creemos que la definición del pacto social sólo es posible a través del diálogo y participación de todos los actores de la sociedad, respetando los derechos humanos y la dignidad de las personas. Ese es el único camino que nos conducirá a un desarrollo sostenible y que resguarde de los intereses de las generaciones futuras. Lo anterior es especialmente relevante ante las transformaciones multidimensionales que deberán ocurrir en el camino a la carbono neutralidad y el cumplimiento de los objetivos de desarrollo sostenible. Es por ello que rechazamos categóricamente la violencia, así como todo abuso del Estado sobre la población y vulneración a los derechos de las personas que atente contra la paz social, y solicitamos que se adopten todas las medidas necesarias para esclarecer los graves hechos denunciados en nuestro país los últimos días.
Lo anterior es una condición fundamental para retomar las relaciones de confianza y colaboración en la realización de la COP25 en Chile, la cual constituye una instancia de la máxima relevancia para el futuro de la humanidad.
Reiteramos nuestro compromiso desde el (CR)2 con la generación de ciencia de excelencia para el país, y esperamos poder comenzar a trabajar pronto en la creación de un nuevo y mejor Chile junto a todos los actores de la sociedad.
Maisa Rojas, directora
René Garreaud, subdirector
Laura Farías, investigadora principal
Laura Gallardo, investigadora principal
Antonio Lara, investigador principal
Pilar Moraga, investigadora principal